jueves, 27 de noviembre de 2008

Overtime en Sagua la Grande, último descubrimiento

Nosotros cumplimos lo nuestro, ahora cumple lo tuyo.

Con el objetivo de incentivar la depauperada producción cubana, el pasado mes de febrero del 2008 el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) emitió en la Resolución No. 9 del reglamento general sobre las formas y sistemas de pago, donde el experimento comunista da su brazo a torcer 50 años después en la filosofía económica que hasta ahora había llevado. Esta nueva (¿o vieja?) fórmula capitalista simplemente establece el pago de overtime a los obreros cubanos sin límites a lo que puedan ganar, y a nosotros, cansados de trabajar voluntario sin ver los resultados, esta idea “foránea” nos viene de perilla..

Nueve meses después de aplicada la idea comenzó a tener buenos resultados pero “Y la promesa donde está?. Nos vuelven a engañar con falsas ilusiones; después de trabajar como negros esclavos, solo sentimos los latigazos como retribución. Más de lo mismo.

“Compra pescado y le coges miedo a los ojos”-reza el viejo dicho. ¿ Le volvieron a coger miedo a los ricos?.

Como en el dominó, las reglas se ponen antes del juego. Lo que hay es que protestar sin temor a los jefes, esbirros y administradores, porque esa es la otra regla capitalista que acompaña a la aplicada, siendo eso precisamente lo que hizo Eliecer del Fresno empleado de la panadería “La Unión” de nuestra ciudad; cuando recientemente se enfrentó a una delegación de “pinchos” burocráticos entre ellos Nuris Mora Mestre, secretaria general de la CTC de Sagua, cuando pasaron por allí con libreticas en mano y este les cantó las cuarentas con respecto al abuso que tiene el gobierno con sus salarios a pesar de que trabajan como unos animales después de implantada esta resolución. “¡ Se acabó la era de la esclavitud y del trabajo voluntario! el gobierno prometió pagar por el exceso de trabajo y tiene que cumplir su palabra” ¿Cuándo lo ha hecho?). Al jóven panadero se unieron los otros 9 colegas de su centro laboral para solidarizarse con sus sus duras y justas reclamaciones.

“Lo que queremos es trabajar y que nos paguen todo lo que hacemos”- les señaló Eliécer.

Estos brillantes trabajadores han sobrecumplido todas las metas trazadas en sus ventas como nunca antes se ha hecho en la historia de Cuba comunista con algún trabajo voluntario y solo gracias al “estímulo salarial capitalista” propuesto por la tiranía, la producción y venta del centro se disparó por las nubes, pero ya llevan 5 meses sin cobrar el dichoso estímulo (el pobre Eliécer es otro de los nuevos “descubridores de América”) y hay que protestar, no cabe dudas, no podemos callar ante las injusticias porque si no se está muerto, como lo ha estado Sagua por medio siglo. La solución es PROTESTAR.

No cabe dudas que el dinero puede más que las medallitas y diplomas. La producción puede aumentar hasta 4 veces con estos tipos de incentivos y esta panadería es un fiel ejemplo del antiguo experimento que ahora acaba de redescubrir Raul Castro a los 50 años de involución,. Pero “si no pagas, se vuelve a perder el ritmo y la confianza”, dice el mismo centenario estudio económico.Muy bien por tu parte Eliécer, no esperes que nuestros jefes saquen la cara por nosotros como lo hacían aquellos grandes líderes sindicales del pasado como el inolvidable sagüero Conrado Rodríguez.

La pobre Nury solo puede sonreir ante sus jefes superiores, ¿Qué pinta en esta plaza?. Como decía Cantinflas o Tintán a su abogado: “No me defiendas compadre”.


martes, 25 de noviembre de 2008

Che Guevara, el fraude más grande de la historia

El sagüero promedio solo conoce a aquel buen hombre que un día visitó la fábrica de bujías de Sagua la Grande. A todos les pareció un angel... un alma de Dios... Se le veía en una foto de prensa cortando caña para "impulsar el trabajo voluntario", los cañeros que lo acompañaron en aquellas faenas hoy confiesan que el farsante solo "posaba para las fotos"..pero.. nananina... "pasumadre, el trabajo voluntario para los esclavos"...

EL FRAUDE MAS GRANDE DE LA HISTORIA

La máquina de matar.
El Che Guevara, de agitador comunista a marca capitalista


La imagen del Che representa una notable paradoja: la rebeldía ante el mercado desde el mercado. Frente a esta estrafalaria construcción, Álvaro Vargas Llosa contrapone la historia real del guerrillero, sus métodos brutales y su defensa de la violencia como motor del cambio revolucionario.

El Che Guevara, quien hizo tanto (¿o tan poco?) por destruir al capitalismo, es en la actualidad la quintaesencia de una marca capitalista. Su semblante adorna tazas de café, sudaderas, encendedores, llaveros, billeteras, gorras de beisbol, tocados, emblemas de rockeros, truzas, camisetas deportivas, carteras finas, jeans deshilachados, té de hierbas, y por supuesto esas omnipresentes playeras con la fotografía, tomada por Alberto Korda, del galán socialista luciendo su boina durante los primeros años de la revolución, en el instante en que el Che de casualidad se introdujo en el visor del fotógrafo –y en la imagen que, treinta y ocho años después de su muerte, constituye aún el logotipo del revolucionario (¿o del capitalista?) “chic”. Sean O’Hagan sostuvo en The Observer que existe incluso un jabón en polvo con el eslogan “El Che lava más blanco”.

Los productos del Che son comercializados por grandes corporaciones y por pequeñas empresas, tales como la Burlington Coat Factory, la cual difundió un comercial televisivo presentando a un joven en pantalones elásticos luciendo una playera del Che, o la Flamingo’s Boutique en Union City, Nueva Jersey, cuyo propietario respondió a la furia de los exiliados cubanos locales con este argumento devastador: “Yo vendo lo que la gente desea comprar.” Los revolucionarios también se unieron a este frenesí de productos –desde “The Che Store”, que vende provisiones, hasta el sitio que atiende “todas sus necesidades revolucionarias” en Internet, y el escritor italiano Gianni Minà, quien le vendió a Robert Redford los derechos cinematográficos del diario del Che sobre su juvenil viaje alrededor de América del Sur en el año 1952 a cambio de poder acceder al rodaje del film Diarios de motocicleta y de que Minà pudiera producir su propio documental. Para no mencionar a Alberto Granado, quien acompañó al Che en su viaje de juventud y ahora asesora documentalistas, y que se quejaba hace poco en Madrid, según el diario El País, ante un Rioja y un magret de pato, de que el embargo estadounidense contra Cuba le dificulta el cobro de las regalías. Para llevar la ironía más lejos: el edificio en el cual nació Guevara en la ciudad de Rosario, Argentina, un espléndido inmueble de comienzos del siglo XX sito en la esquina de las calles Urquiza y Entre Ríos, se encontraba hasta hace poco ocupado por la administradora de fondos de jubilaciones y pensiones privada Máxima afjp, una hija de la privatización de la seguridad social argentina en la década de 1990.

La metamorfosis del Che Guevara en una marca capitalista no es nueva, pero la marca viene experimentando un renacimiento –un renacimiento especialmente destacable, dado que el mismo tiene lugar años después del colapso político e ideológico de todo lo que Guevara representaba. Esta suerte inesperada se debe sustancialmente a Diarios de motocicleta, la película producida por Robert Redford y dirigida por Walter Salles. (Es una de las tres películas más importantes sobre el Che ya realizadas o actualmente en rodaje en los últimos dos años; las otras dos han sido dirigidas por Josh Evans y Steven Soderbergh.) Hermosamente rodada en paisajes que claramente han eludido los efectos erosivos de la polución capitalista, el film exhibe al joven en un viaje de autodescubrimiento a medida que su conciencia social en ciernes tropieza con la explotación social y económica, lo que va preparando el terreno para la reinvención del hombre a quien Sartre llamara alguna vez el ser humano más completo de nuestra era.

Pero para ser más preciso, el actual renacimiento del Che se inició en 1997, en el trigésimo aniversario de su muerte, cuando cinco biografías abrumaron las librerías y sus restos fueron descubiertos cerca de una pista de aterrizaje en el aeropuerto de Vallegrande, en Bolivia, después de que un general boliviano retirado, en una revelación espectacularmente oportuna, indicara la ubicación exacta. El aniversario volvió a centrar la atención en la famosa fotografía de Freddy Alborta del cadáver del Che tendido sobre una mesa, escorzado, muerto y romántico, luciendo como Cristo en un cuadro de Mantegna.

Es usual que los seguidores de un culto no conozcan la verdadera historia de su héroe. (Muchos rastafaris renunciarían a Haile Selassie si tuvieran alguna idea de quien fue en realidad.) No sorprende que los seguidores contemporáneos de Guevara, sus nuevos admiradores postcomunistas, también se engañen a sí mismos al aferrarse a un mito –excepto los jóvenes argentinos que corean una expresión de rima perfecta: “Tengo una remera [una playera] del Che y no sé por qué.

”Considérese a algunos de los individuos que recientemente han blandido o invocado el retrato de Guevara como un emblema de justicia y rebelión contra el abuso de poder. En el Líbano, unos manifestantes que protestaban en contra de Siria ante la tumba del ex primer ministro Rafiq Hariri portaban la imagen del Che. Thierry Henry, un jugador de futbol francés que juega para el Arsenal, en Inglaterra, se apareció en una importante velada de gala organizada por la FIFA, el organismo del futbol mundial, vistiendo una playera roja y negra del Che. En una reciente reseña publicada en The New York Times sobre Land of the Dead de George A. Romero, Manohla Dargis destacaba que “el mayor impacto aquí puede ser el de la transformación de un zombi negro en un virtuoso líder revolucionario”, y agregó: “Creo que el Che en verdad vive, después de todo.

”El héroe del futbol Maradona ostentó el emblemático tatuaje del Che en su brazo derecho durante un viaje en el que se reunió con Hugo Chávez en Venezuela. En Stavropol, al sur de Rusia, unos manifestantes que reclamaban los pagos en efectivo de los beneficios del bienestar social tomaron la plaza central con banderas del Che. En San Francisco, City Lights Books, el legendario hogar de la literatura beat, invita a los visitantes a una sección dedicada a América Latina en la cual la mitad de los estantes se encuentra ocupada por libros del Che. José Luis Montoya, un oficial de policía mexicano que combate el crimen relacionado con las drogas en Mexicali, luce una cinta del Che alrededor de la cabeza porque ella lo hace sentirse más fuerte. En el campo de refugiados de Dheisheh, en la margen occidental del río Jordán, los carteles del Che adornan un muro que le rinde tributo a la Intifada. Una revista dominical dedicada a la vida social en Sydney enumera a los tres invitados ideales en una cena: Alvar Aalto, Richard Branson y el Che Guevara. Leung Kwok-hung, el rebelde elegido a la junta legislativa de Hong Kong, desafía a Pekín al vestir una playera del Che. En Brasil, Frei Betto, consejero del presidente Lula da Silva y encargado del programa de alto perfil “Hambre Cero”, afirma que “deberíamos prestarle menos atención a Trotsky y mucha más al Che Guevara”. Y lo más estupendo de todo: en la ceremonia de este año de los Óscares, Carlos Santana y Antonio Banderas interpretaron la canción principal de la película Diarios de motocicleta: Santana se presentó luciendo una camiseta del Che y un crucifijo. Las manifestaciones del nuevo culto del Che están por todas partes. Una vez más el mito está apasionando a individuos cuyas causas, en su mayor parte, representan exactamente lo opuesto de lo que era Guevara.

Ningún hombre carece de algunas cualidades atenuantes. En el caso del Che Guevara, esas cualidades pueden ayudarnos a medir el abismo que separa la realidad del mito. Su honestidad (quiero decir: honestidad parcial) significa que dejó testimonio escrito de sus crueldades, incluido lo muy malo, aunque no lo peor. Su coraje –que Castro describió como “su manera, en los momentos difíciles y peligrosos, de hacer las cosas más difíciles y peligrosas”– significa que no vivió para asumir la plena responsabilidad por el infierno de Cuba. El mito puede decir tanto acerca de una época como la verdad. Y es así como, gracias a los propios testimonios que el Che brinda de sus pensamientos y de sus actos, y gracias también a su prematura desaparición, podemos saber exactamente cuán engañados están muchos de nuestros contemporáneos respecto de muchas cosas.

Guevara puede haberse enamorado de su propia muerte, pero estaba mucho más enamorado de la muerte ajena. En abril de 1967, hablando por experiencia, resumió su idea homicida de la justicia en su “Mensaje a la Tricontinental”: “El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar.” Sus primeros escritos se encuentran también sazonados con esta violencia retórica e ideológica. A pesar de que su ex novia Chichina Ferreyra duda de que la versión original de los diarios de su viaje en motocicleta contenga la observación de “siento que mis orificios nasales se dilatan al saborear el amargo olor de la pólvora y de la sangre del enemigo”, Guevara compartió con Granado en esa temprana edad esta exclamación: “¿Revolución sin disparar un tiro? Estás loco.” En otras ocasiones, el joven bohemio parecía incapaz de distinguir entre la frivolidad de la muerte como un espectáculo y la tragedia de las víctimas de una revolución. En una carta a su madre en 1954, escrita en Guatemala, donde fue testigo del derrocamiento del gobierno revolucionario de Jacobo Arbenz, escribió: “Aquí estuvo muy divertido con tiros, bombardeos, discursos y otros matices que cortaron la monotonía en que vivía.

”La disposición de Guevara cuando viajaba con Castro desde México a Cuba a bordo del Granma es capturada en una frase de una carta a su esposa que redactó el 28 de enero de 1957, no mucho después de desembarcar, publicada en su libro Ernesto: Una biografía del Che Guevara en Sierra Maestra: “Estoy en la manigua cubana, vivo y sediento de sangre.” Esta mentalidad había sido reforzada por su convicción de que Arbenz había perdido el poder debido a que había fallado en ejecutar a sus potenciales enemigos. En una carta anterior a su ex novia Tita Infante, había observado que “Si se hubieran producido esos fusilamientos, el gobierno hubiera conservado la posibilidad de devolver los golpes”. No sorprende que durante la lucha armada contra Batista, y luego tras el ingreso triunfal en La Habana, Guevara asesinara o supervisara las ejecuciones en juicios sumarios de muchísimas personas –enemigos probados, meros sospechados y aquellos que se encontraban en el lugar equivocado en el momento equivocado.

En enero de 1957, tal como lo indica su diario desde la Sierra Maestra, Guevara le disparó a Eutimio Guerra porque sospechaba que aquel se encontraba pasando información: “Acabé con el problema dándole un tiro con una pistola del calibre 32 en la sien derecha, con orificio de salida en el temporal derecho... sus pertenencias pasaron a mi poder.” Más tarde mató a tiros a Aristidio, un campesino que expresó el deseo de irse cuando los rebeldes siguieran su camino. Mientras se preguntaba si esta victima en particular “era en verdad lo suficientemente culpable como para merecer la muerte”, no vaciló en ordenar la muerte de Echevarría, el hermano de uno de sus camaradas, en razón de crímenes no especificados: “Tenía que pagar el precio.” En otros momentos simularía ejecuciones sin llevarlas a cabo, como un método de tortura psicológica.

Luis Guardia y Pedro Corzo, dos investigadores que se encuentran trabajando en Florida en un documental sobre Guevara, han obtenido el testimonio de Jaime Costa Vázquez, un ex comandante del ejército revolucionario conocido como “el Catalán”, quien sostiene que muchas de las ejecuciones atribuidas a Ramiro Valdés (futuro ministro del interior de Cuba) fueron responsabilidad directa de Guevara, debido a que Valdés se encontraba bajo sus órdenes en las montañas. “Ante la duda, mátalo” fueron las instrucciones del Che. En vísperas de la victoria, según Costa, el Che ordenó la ejecución de un par de docenas de personas en Santa Clara, en Cuba central, hacia donde había marchado su columna como parte de un asalto final contra la isla. Algunos de ellos fueron muertos en un hotel, como ha escrito Marcelo Fernándes-Zayas, otro ex revolucionario que después se convertiría en periodista (agregando que entre los ejecutados había campesinos conocidos como casquitos que se habían unido al ejército simplemente para escapar del desempleo).

Pero la “fría máquina de matar” no dio muestra de todo su rigor hasta que, inmediatamente después del colapso del régimen de Batista, Castro lo pusiera a cargo de la prisión de La Cabaña. (Castro tenía un buen ojo clínico para escoger a la persona perfecta para proteger a la revolución contra la infección.) San Carlos de La Cabaña es una fortaleza de piedra que fue utilizada para defender La Habana contra los piratas ingleses en el siglo XVIII; más tarde se convirtió en un cuartel militar. De una manera que evoca al escalofriante Lavrenti Beria, Guevara presidió durante la primera mitad de 1959 uno de los periodos más oscuros de la revolución. José Vilasuso, abogado y profesor en la Universidad Interamericana de Bayamón en Puerto Rico, quien pertenecía al grupo encargado del proceso judicial sumario en La Cabaña, me dijo recientemente que El Che dirigió la Comisión Depuradora. El proceso se regía por la ley de la sierra: tribunal militar de hecho y no jurídico, y el Che nos recomendaba guiarnos por la convicción. Esto es: “Sabemos que todos son unos asesinos, luego proceder radicalmente es lo revolucionario.” Miguel Duque Estrada era mi jefe inmediato. Mi función era de instructor. Es decir legalizar profesionalmente la causa y pasarla al ministerio fiscal, sin juicio propio alguno. Se fusilaba de lunes a viernes. Las ejecuciones se llevaban a cabo de madrugada, poco después de dictar sentencia y declarar sin lugar [de oficio] la apelación. La noche más siniestra que recuerdo se ejecutaron siete hombres.

Javier Arzuaga, el capellán vasco que les brindaba consuelo a aquellos condenados a morir y que presenció personalmente docenas de ejecuciones, habló conmigo recientemente desde su casa en Puerto Rico. Ex sacerdote católico de setenta y cinco años de edad, quien se describe como “más cercano a Leonardo Boff y a la Teología de la Liberación que al ex cardenal Cardinal Ratzinger”, Arzuaga recuerda que La cárcel de La Cabaña se mantuvo llena a rebosar. Sobre 800 hombres hacinados en un espacio pensado para no más de 300: militares batistianos o miembros de algunos de los cuerpos de la policía, algunos “chivatos”, periodistas, empresarios o comerciantes. El juez no tenía por qué ser hombre de leyes; sí, en cambio, pertenecer al ejército rebelde, al igual que los compañeros que ocupaban con él la mesa del tribunal. Casi todas las vistas de apelación estuvieron presididas por el Che Guevara. No recuerdo ningún caso cuya sentencia fuera revocada en esas vistas. Todos los días yo visitaba la “galera de la muerte”, donde permanecían los prisioneros desde que eran sentenciados a muerte. Corrió la voz de que yo hipnotizaba a los condenados antes de salir para el paredón y que por eso se daban tan fáciles las cosas, sin escenas desagradables, y el Che Guevara dio orden de que nadie fuera conducido al paredón sin que yo estuviera presente. Yo asistí a 55 fusilamientos hasta el mes de mayo, cuando me fui. Eso no quiere decir que no se siguiera fusilando. Herman Marks era un americano, se decía que era prófugo de la justicia. Lo llamábamos “el carnicero” porque gozaba gritando “pelotón, atención, preparen, apunten, fuego”. Conversé varias veces con el Che con el fin de interceder por determinadas personas. Recuerdo muy bien el caso de Ariel Lima que era menor de edad, pero fue inflexible. Lo mismo puedo decir de Fidel Castro, a quien acudí también en dos ocasiones con igual propósito. Sufrí un trauma. A finales de mayo me sentía mal y se me recomendó abandonar la parroquia de Casa Blanca, dentro de cuyos límites se encontraba La Cabaña y que yo había atendido en los últimos tres años. Me fui a México para un tratamiento. Cuando nos despedíamos, el Che Guevara me dijo que nos habíamos llevado bien, tratando los dos de sacar el otro de su campo para atraerlo al de uno. “Hemos fracasado los dos. Cuando nos quitemos las caretas que hemos llevado puestas, seremos enemigos frente a frente.

”¿Cuánta gente fue asesinada en La Cabaña? Pedro Corzo ofrece una cifra de unos doscientos, similar a la proporcionada por Armando Lago, un profesor de economía retirado que ha compilado una lista de 179 nombres como parte de un estudio de ocho años sobre las ejecuciones en Cuba. Vilasuso me dijo que cuatrocientas personas fueron ejecutadas entre el mes de enero y fines de junio de 1959 (fecha en la que el Che dejó de estar a cargo de La Cabaña). Los cables secretos enviados por la Embajada de Estados Unidos en La Habana al Departamento de Estado en Washington hablan de “más de quinientos”. Según Jorge Castañeda, uno de los biógrafos de Guevara, un católico vasco simpatizante de la revolución, el fallecido padre Iñaki de Aspiazú, hablaba de setecientas víctimas. Félix Rodríguez, un agente de la cia quien fue parte del equipo a cargo de la captura de Guevara en Bolivia, me dijo que él encaró al Che después de su captura respecto de “las dos mil y pico” ejecuciones por las que fue responsable durante su vida. “Dijo que todos eran agentes de la cia y no se refirió a la cifra”, recuerda Rodríguez. Las cifras más altas pueden incluir ejecuciones que tuvieron lugar en los meses posteriores a la fecha en que el Che dejó de estar a cargo de la prisión.

Lo cual nos trae de regreso a Carlos Santana y a su elegante indumentaria del Che. En una carta abierta publicada en El Nuevo Herald el 31 de marzo de este año, el gran músico de jazz Paquito D’Rivera reprochó a Santana su vestuario en la ceremonia de los premios Óscar, y agregó: “Uno de esos cubanos fue mi primo Bebo, preso allí precisamente por ser cristiano. Él me cuenta siempre con amargura cómo escuchaba desde su celda en la madrugada los fusilamientos sin juicio de muchos que morían gritando “¡Viva Cristo Rey!

”El ansia de poder del Che tenía otras maneras de expresarse además del asesinato. La contradicción entre su pasión por viajar –una especie de protesta contra las limitaciones del Estado-nación– y su impulso por convertirse en miembro de un Estado esclavizante en relación con otras personas es patética. Al escribir acerca de Pedro Valdivia, el conquistador de Chile, Guevara reflexionaba: “Pertenecía a esa clase especial de hombres a los que la especie produce de vez en cuando, en quienes un anhelo por el poder ilimitado es tan extremo que cualquier sufrimiento para lograrlo parece natural.” Podría haber estado describiéndose a sí mismo. En cada etapa de su vida adulta, su megalomanía se manifestaba en el impulso depredador por apoderarse de las vidas y de la propiedad de otras personas, y de abolir su libre voluntad.

En 1958, después de tomar la ciudad de Sancti Spíritus, Guevara intento sin éxito imponer una especie de sharia, regulando las relaciones entre los hombres y las mujeres, el uso del alcohol, y el juego informal –un puritanismo que no caracterizaba precisamente su propia forma de vida.

Les ordenó también a sus hombres que asaltaran bancos, una decisión que justificó en una carta a Enrique Oltuski, un subordinado, en noviembre de ese año: “Las masas que luchan están de acuerdo con asaltar a los bancos porque ninguno de ellos tiene un centavo en los mismos.” Esta idea de la revolución como una licencia para reasignar la propiedad según le conviniera condujo al puritano marxista a apoderarse de la mansión de un emigrante tras el triunfo de la revolución.

El impulso de desposeer a los demás de su propiedad y de reclamar la propiedad del territorio de otros fue central en la política opresiva de Guevara. En sus memorias, el líder egipcio Gamal Abdel Nasser cuenta que Guevara le preguntó cuántas personas habían abandonado su país debido a la reforma agraria. Cuando Nasser replicó que ninguna, el Che contestó enojado que la manera de medir la profundidad del cambio es a través del número de individuos “que sienten que no hay lugar para ellos en la nueva sociedad”. Este instinto depredador alcanzó una apoteosis en 1965, cuando empezó a hablar, como Dios, acerca del “hombre nuevo” que él y su revolución crearían.

La obsesión del Che con el control colectivista lo llevó a colaborar en la formación del aparato de seguridad que fue establecido para subyugar a seis millones y medio de cubanos. A comienzos de 1959, una serie de reuniones secretas tuvo lugar en Tarará, cerca de La Habana, en la mansión a la cual el Che temporalmente se retiró para recuperarse de una enfermedad. Allí fue donde los líderes principales, incluido Castro, diseñaron al Estado policíaco cubano. Ramiro Valdés, subordinado del Che durante la guerra de guerrillas, fue puesto al mando del G-2, un cuerpo inspirado en la Cheka. Ángel Ciutah, un veterano de la Guerra Civil Española enviado por los soviéticos, que había estado muy cerca de Ramón Mercader, el asesino de Trotsky, y que más tarde entablaría amistad con el Che, desempeñó un papel fundamental en la organización del sistema, junto con Luis Alberto Lavandeira, quien había servido al jefe en La Cabaña. El propio Guevara se hizo cargo del G-6, el grupo al que se le encomendó el adoctrinamiento ideológico de las fuerzas armadas. La invasión respaldada por Estados Unidos de Bahía de Cochinos en abril de 1961 se convirtió en la ocasión perfecta para consolidar el nuevo Estado policíaco, con el acorralamiento de decenas de miles de cubanos y una nueva serie de ejecuciones. Como el mismo Guevara le expresó al embajador soviético Serguéi Kudriavtsev, los contrarrevolucionarios nunca “volverían a levantar su cabeza”.

“Contrarrevolucionario” es el término que se le aplicaba a cualquiera que se apartara del dogma. Era el equivalente comunista de “hereje”. Los campos de concentración eran una forma en la cual el poder dogmático era empleado para suprimir la discrepancia. La historia le atribuye al general español Valeriano Weyler, el capitán general de Cuba a finales del siglo XIX, haber empleado por vez primera la palabra “concentración” para describir la política de cercar a las masas de potenciales opositores –en su caso a los simpatizantes del movimiento independentista cubano– con alambre de púas y empalizadas. Qué irónico (y apropiado) que los revolucionarios de Cuba más de medio siglo después continuaran con esta tradición local. Al principio, la revolución movilizó a voluntarios para construir escuelas y para trabajar en los puertos, plantaciones y fábricas –todas ellas exquisitas oportunidades fotográficas para el Che estibador, el Che cortador de caña, el Che fabricante de telas. No pasó mucho tiempo antes de que el trabajo voluntario se volviera un poco menos voluntario: el primer campamento de trabajos forzados, Guanahacabibes, fue establecido en Cuba occidental hacia el final de 1960. Así es como el Che explicaba la función desempeñada por este método de confinamiento: “A Guanahacabibes se manda a la gente que no debe ir a la cárcel, la gente que ha cometido faltas a la moral revolucionaria de mayor o menor grado... es trabajo duro, no trabajo bestial.

”Este campamento fue el precursor del confinamiento sistemático, a partir de 1965 en la provincia de Camagüey, de disidentes, homosexuales, víctimas del sida, católicos, testigos de Jehová, sacerdotes afrocubanos, y otras “escorias” por el estilo, bajo la bandera de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP). Hacinados en autobuses y camiones, los “desadaptados” serían transportados a punta de pistola a los campos de concentración organizados sobre la base del modelo de Guanahacabibes. Algunos nunca regresarían; otros serían violados, golpeados o mutilados; y la mayoría quedarían traumatizados de por vida, como el sobrecogedor documental de Néstor Almendros Conducta impropia se lo mostrara al mundo un par de décadas antes de ahora.

De esta manera, la revista Time parece haber errado en agosto de 1960 cuando describió la división del trabajo de la revolución con una nota de tapa presentando al Che Guevara como el “cerebro”, a Fidel Castro como el “corazón” y a Raúl Castro como el “puño”. Pero la percepción revelaba el papel crucial de Guevara en hacer de Cuba un bastión del totalitarismo. El Che era de alguna manera un candidato improbable para la pureza ideológica, dado su espíritu bohemio, pero durante los años de entrenamiento en México y en el periodo resultante de la lucha armada en Cuba emergió como el ideólogo comunista locamente enamorado de la Unión Soviética, en gran medida para molestia de Castro y de otros que eran esencialmente oportunistas dispuestos a utilizar cualquier medio necesario para ganar poder. Cuando los aspirantes a revolucionarios fueron arrestados en México en 1956, Guevara fue el único que admitió que era un comunista y que estaba estudiando ruso. (Habló abiertamente de su relación con Nikolái Leonov de la Embajada Soviética.) Durante la lucha armada en Cuba, forjó una férrea alianza con el Partido Socialista Popular (el partido comunista de la isla) y con Carlos Rafael Rodríguez, un jugador importante en la conversión del régimen de Castro al comunismo.

Esta fanática disposición convirtió al Che en una parte esencial de la “sovietización” de la revolución que se había jactado reiteradamente de su carácter independiente. Muy poco después de que los barbudos llegaran al poder, Guevara participó de negociaciones con Anastas Mikoyan, el viceprimer ministro soviético, quien visitó Cuba. Le fue confiada la misión de promover las negociaciones sovieticocubanas durante una visita a Moscú a finales de 1960. (La misma fue parte de un largo viaje en el cual la Corea del Norte de Kim Il Sung fue el país que “más” lo impresionó.) El segundo viaje a Rusia de Guevara, en agosto de 1962, fue aún más significativo, en razón de que él mismo selló el acuerdo para convertir a Cuba en una cabeza de playa nuclear soviética. Se reunió con Jrúshchiov en Yalta para finalizar los detalles sobre una operación que ya se había iniciado, y que involucraba la introducción en la isla de cuarenta y dos misiles soviéticos, la mitad de los cuales estaban armados con ojivas nucleares, así como también lanzadores y unos cuarenta y dos mil soldados. Tras presionar a sus aliados soviéticos sobre el peligro de que Estados Unidos pudiera descubrir lo que estaba aconteciendo, Guevara obtuvo garantías de que la marina soviética intervendría –en otras palabras, de que Moscú estaba preparada para ir a la guerra.

Según la biografía de Guevara de Philippe Gavi, el revolucionario había alardeado que “su país se encuentra deseoso de arriesgarlo todo en una guerra atómica de inimaginable capacidad destructiva para defender un principio”. Apenas después de finalizada la crisis de los misiles cubanos –cuando Jrúshchiov renegó de la promesa hecha en Yalta y negoció un acuerdo con Estados Unidos a espaldas de Castro, que incluía retirar los misiles estadounidenses de Turquía– Guevara dijo a un periódico comunista británico: “Si los cohetes hubieran permanecido, los habríamos utilizado todos y dirigido contra el mismo corazón de Estados Unidos, incluida Nueva York, en nuestra defensa contra la agresión.” Y un par de años más tarde, en las Naciones Unidas, fue leal a las formas: “Como marxistas hemos sostenido que la coexistencia pacífica entre las naciones no incluye la coexistencia entre los explotadores y el explotado".

Guevara se distanció de la Unión Soviética en los últimos años de su vida. Lo hizo por las razones equivocadas, culpando a Moscú por ser demasiado blando ideológica y diplomáticamente, y hacer demasiadas concesiones –a diferencia de la China maoísta, a la cual llegó a ver como un refugio de la ortodoxia. En octubre de 1964, un memo escrito por Oleg Darusénkov, un funcionario soviético cercano a él, cita a Guevara diciendo: “Les pedimos armas a los checoslovacos; y nos rechazaron. Luego se las pedimos a los chinos; dijeron que sí en pocos días, y ni siquiera nos cobraron, declarando que uno no le vende armas a un amigo.” En realidad, Guevara se resintió por el hecho de que Moscú le estaba solicitando a otros miembros del bloque comunista, incluida Cuba, algo a cambio de su colosal ayuda y de su apoyo político. Su ataque final contra Moscú llegó en Argelia, en febrero de 1965, en una conferencia internacional en la que acusó a los soviéticos de adoptar la “ley del valor”, es decir, el capitalismo. Su ruptura con los soviéticos, en síntesis, no fue un grito en favor de la independencia. Fue un alarido al estilo de Enver Hoxha en aras de la total subordinación de la realidad a la ciega ortodoxia ideológica.

El gran revolucionario tuvo una oportunidad de poner en práctica su visión económica –su idea de la justicia social– como director del Banco Nacional de Cuba y del Departamento de Industria del Instituto Nacional de la Reforma Agraria a fines de 1959, y, desde principios de 1961, como ministro de Industria. El periodo en el cual Guevara estuvo a cargo de la mayor parte de la economía cubana atestiguó el cuasi colapso de la producción de azúcar, el fracaso de la industrialización, y la introducción del racionamiento –todo esto en el que había sido uno de los cuatros países económicamente más exitosos de América Latina desde antes de la dictadura de Batista.

Su tarea como director del Banco Nacional, durante la cual imprimió billetes que llevaban la firma “Che”, ha sido sintetizada por su asistente, Ernesto Betancourt: “Encontré en el Che una ignorancia absoluta de los principios más elementales de la economía.” Los poderes de percepción de Guevara respecto de la economía mundial fueron muy bien expresados en 1961, durante una conferencia hemisférica celebrada en Uruguay, donde predijo una tasa de crecimiento para Cuba del diez por ciento “sin el menor temor”, y, para 1980, un ingreso percapita mayor que el de “los EE.UU. en la actualidad”. En verdad, hacia 1997, en el trigésimo aniversario de su muerte, cada cubano se encontraba bajo una dieta consistente en una ración de cinco libras de arroz y una libra de frijoles por mes; cuatro onzas de carne dos veces al año; cuatro onzas de pasta de soya por semana, y cuatro huevos por mes.

La reforma agraria le quitó tierra al rico, pero se la dio a los burócratas, no a los campesinos. (El decreto fue redactado en la casa del Che.) En nombre de la diversificación, el área cultivada fue reducida y la mano de obra disponible distraída hacia otras actividades. El resultado fue que, entre 1961 y 1963, la cosecha se redujo a la mitad: apenas unos 3.8 millones de toneladas métricas. ¿Se justificaba este sacrificio por el fomento de la industrialización cubana? Desdichadamente, Cuba carecía de materias primas para la industria pesada, y, como una consecuencia de la redistribución revolucionaria, no contaba con una moneda sólida con la cual adquirirlas –o incluso adquirir los productos básicos. Para 1961, Guevara estaba teniendo que dar explicaciones embarazosas a los trabajadores en la oficina: “Nuestros camaradas técnicos en las compañías han producido una pasta dental... tan buena como la anterior; limpia exactamente lo mismo, a pesar de que después de un tiempo se vuelve una piedra.” Para 1963, todas las esperanzas de industrializar Cuba fueron abandonadas, y la revolución aceptó su papel de proveedora colonial de azúcar al bloque soviético a cambio de petróleo para cubrir sus necesidades y para revenderlo a otros países. Durante las tres décadas siguientes, Cuba sobreviviría con base en un subsidio soviético de más o menos entre 65,000 millones y cien mil millones de dólares.

Habiendo fracasado como héroe de la justicia social, ¿merece Guevara un lugar en los libros de historia como un genio de la guerra de guerrillas? Su mayor logro militar en la lucha contra Batista –la toma de la ciudad de Santa Clara después de emboscar un tren con pesados refuerzos– está seriamente cuestionado. Numerosos testimonios indican que el conductor del tren se rindió de antemano, acaso tras aceptar sobornos. (Gutiérrez Menoyo, quien dirigía un grupo guerrillero diferente en esa área, está entre aquellos que han criticado la historia oficial de Cuba sobre la victoria de Guevara.) Inmediatamente después del triunfo de la revolución, Guevara organizó ejércitos guerrilleros en Nicaragua, la República Dominicana, Panamá, y Haití –todos los cuales fueron aplastados. En 1964, envió al revolucionario argentino Jorge Ricardo Masetti a su muerte al persuadirlo de que montara un ataque contra su país natal desde Bolivia, justo después de que la democracia representativa había sido restablecida en la Argentina.

Particularmente desastrosa fue la expedición al Congo en 1965. Guevara se alió con dos rebeldes –Pierre Mulele en el oeste y Laurent Kabila en el este– contra el desagradable gobierno congoleño, el cual era sostenido por Estados Unidos, por mercenarios sudafricanos y exiliados cubanos. Mulele había tomado posesión de Stanleyville antes de ser repelido. Durante su reinado de terror, tal como lo ha escrito V.S. Naipaul, asesinó a todos aquellos que podían leer y a todos los que vestían una corbata. Respecto del otro aliado de Guevara, Laurent Kabila, se trataba meramente de un perezoso y un corrupto por aquel entonces; pero el mundo descubriría en los años noventa que también él era una máquina de matar. En cualquier caso, Guevara se pasó gran parte de 1965 ayudando a los rebeldes en el este antes de abandonar el país de manera ignominiosa. Poco tiempo después, Mobutu llegó al poder e instaló una tiranía de décadas. (En los países latinoamericanos, de la Argentina al Perú, las revoluciones inspiradas en el Che tuvieron el mismo resultado práctico de reforzar el militarismo brutal durante muchos años.)

En Bolivia, el Che fue nuevamente derrotado, y por última vez. Malinterpretó la situación local. Una reforma agraria había tenido lugar unos años antes; el gobierno había respetado muchas de las instituciones de las comunidades campesinas; y el ejército era cercano a Estados Unidos a pesar de su nacionalismo. “Las masas campesinas no nos ayudan en absoluto” fue la melancólica conclusión de Guevara en su diario boliviano. Aún peor: Mario Monje, el líder comunista local, quien no tenía estómago para una guerra de guerrillas tras haber sido humillado en los comicios, condujo a Guevara hacia una ubicación vulnerable en el sudeste del país. Las circunstancias de la captura del Che en la quebrada del Yuro, poco después de reunirse con el intelectual francés Régis Debray y el pintor argentino Ciro Bustos, ambos arrestados cuando abandonaban el campamento, fueron, como gran parte de la expedición boliviana, cosa de aficionados.

Guevara fue ciertamente audaz y corajudo, y rápido para organizar la vida con base en principios militares en los territorios bajo su control, pero no era un General Giap. Su libro La guerra de guerrillas enseña que las fuerzas populares pueden vencer a un ejército, que no es necesario aguardar a que se den las condiciones necesarias ya que un foco insurreccional puede provocarlas, y que el combate debe tener lugar principalmente en el campo. (En su receta para la guerra de guerrillas, reserva también para las mujeres el papel de cocineras y enfermeras.) Sin embargo, el ejército de Batista no era un ejército sino un corrupto manojo de matones carente de motivación y sin mucha organización; los focos guerrilleros, con la excepción de Nicaragua, terminaron todos en cenizas para los foquistas, y América Latina se ha vuelto urbana en un setenta por ciento en estas últimas cuatro décadas. Al respecto, también, el Che Guevara fue un cruel alucinado.

En las últimas décadas del siglo XIX, la Argentina tenía la segunda tasa de crecimiento más grande del mundo. Hacia la década de 1890, el ingreso real de los trabajadores argentinos era superior al de los trabajadores suizos, alemanes y franceses. Para 1928, ese país ocupaba el 12o lugar en el mundo en cuanto a su pbi per capita. Ese logro, que las siguientes generaciones arruinarían, se debió en gran medida a Juan Bautista Alberdi.

Al igual que Guevara, a Alberdi le gustaba viajar: caminó a través de las pampas y de los desiertos de norte a sur a los catorce años de edad, rumbo a Buenos Aires. Como Guevara, Alberdi se oponía a un tirano, Juan Manuel Rosas. Igual que Guevara, Alberdi tuvo la oportunidad de influir sobre un líder revolucionario en el poder –Justo José de Urquiza, quien derrocó a Rosas en 1852. Como Guevara, Alberdi representó al nuevo gobierno en giras mundiales, y murió en el exterior. Pero a diferencia del viejo y nuevo predilecto de la izquierda, Alberdi nunca mató una mosca. Su libro, Bases y puntos de partida para la organización de la República Argentina, fue la base de la Constitución de 1853 que limitó el Estado, abrió el comercio, alentó la inmigración y aseguró los derechos de propiedad, inaugurando de ese modo un periodo de setenta años de asombrosa prosperidad. No se entremetió en los asuntos de otras naciones, y se opuso a la guerra de su país contra el Paraguay. Su semblante no adorna el abdomen de Mike Tyson.

The New Republic

sábado, 22 de noviembre de 2008

La Lista Negra de Sagua la Grande


ESTOS SON LOS QUE TIENEN A SAGUA MUERTA






PRIMERA PARTE

Relación de oficiales,agentes,policías,cómplices y chivatos del Gobierno Cubano en Sagua La Grande y Villa Clara , enviados al Departamento de Estado de U.S.A. para la apertura de expedientes criminales futuros debido a su cruel acoso al pueblo sagüero:


Compilado por sus víctimas, opositores, disidentes y ex-presos políticos de Sagua:








12-ROBERTO LÓPEZ HERNÁNDEZ Nivel Escolar: Licenciado en Educación. Ocupación: Primer Secretario del PCC en Santa Clara. Se incorporó al Destacamento Pedagógico y se graduó de Licenciado en Geografía. Concluidos sus estudios en 1983 por necesidad del territorio se le asigna la tarea de Director de la ESBU de Rancho Veloz, hasta 1987 que pasó a ser Secretario de la UJC en el municipio de Corralillo. Cumplió misión internacionalista en Angola. Desde 1990 desempeña diferentes responsabilidades en el Partido. Desde 1993 ocupa responsabilidad de 1er. Secretario del Partido en los municipios de Quemado de Güines, Sagua la Grande, Corralillo y Santa Clara. Desde hace varios años es miembro del Comité Provincial del Partido. Por su trayectoria política se le ha otorgado diferentes reconocimientos y distinciones. Municipio: Santa Clara. Capitalista mayor, esbirro por poder.

13-MIGUEL ACEBO CORTIÑAS Nivel Escolar: Universitario. Ocupación: Miembro Buró Provincial del PCC Villa Clara. En 1977 ingresó en la UCLV y se graduó como Ingeniero Agrónomo en 1983. En 1978 fue Inspector Sanidad Vegetal en el Puerto de Isabela, en Sagua. En 1979 pasó a Miembro Buró Esfera Obrera, en la UJC, en Sagua. En 1980 Técnico NMCC en la Empresa Cultivos Varios, en este municipio. Desde 1987 ocupó diferentes responsabilidades en el Partido del Municipio Sagua y Manicaragua. Desde 1993 es Miembro del Buró Provincial PCC Profesional en la Esfera Agroalimentaria. Es diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular desde la 5ta. Legislatura en 1998 y miembro del CC PCC electo en el 4to. y 5to. Congreso. Por su trayectoria laboral y política ha recibido diferentes condecoraciones, distinciones y reconocimientos. Municipio: Sagua la Grande. Esbirro a tiempo completo con tendencias capitalistas. Los más cercanos lo evalúan como chivato de cualquier gobierno.

14-NIVIA ELVIRA RIBALTA ARMENTEROS Nivel Escolar: Universitario. Ocupación: Presidenta del Consejo Popular Villa Alegre. En 1980 comenzó a trabajar en el IPE "Lidia Doce", de Sagua, como Profesora de Enfermería. En 1982 cursó la Licenciatura en Enfermería en el ISCM-VC. Ha sido seleccionada Trabajadora Destacada a diferentes niveles. Fue seleccionada Educadora Ejemplar y Vanguardia Nacional del Sindicato de la Salud. Cursó la Escuela Provincial de Preparación de la Defensa. Es delegada de Circunscripción y Presidenta de su Consejo desde hace varios años. Ha participado en múltiples eventos municipal, provincial y nacional. Por su trayectoria laboral y política ha recibido diferentes condecoraciones, distinciones y reconocimientos. Municipio: Sagua la Grande. Chivata profesional.

15-GLADYS MARÍA ZUAZAGA CABRERA Nivel Escolar: Universitario. Ocupación: Directora Hospital Sagua. Desarrolló su vida estudiantil en el municipio de Sagua con buenos resultados docentes. Se graduó como médico en 1983 en Nicaragua. En febrero de 1985 regresó a Cuba y se incorporó al Hospital Provincial "Manuel Ascunce Domenech". En 1985 se trasladó al Hospital "Mártires 9 de Abril", de Sagua y desde 1994 ocupa el cargo de Directora de dicho centro. Ocupó responsabilidades en la UJC y el Partido en su territorio. Fue electa Diputada a la Asamblea del PP en 1998. Fue delegada al IV Congreso del PCC en el 1991, invitada al V Congreso en octubre de 1997. Es Cuadro destacado provincial en el sector de la Salud. Por su trayectoria laboral y política ha recibido diferentes condecoraciones, distinciones y reconocimientos. Municipio: Sagua la Grande. Esbirra, babosa y chivata de poder. Hasta sus familiares comentan mal de ella.

16-LUIS RAMÓN CÁRDENAS GARCÍA Nivel Escolar: Universitario. Lic. Ciencias Sociales. Ocupación: Presidente del Consejo Popular Cifuentes Este. Cursó estudios en Lic. en Ciencias Sociales hasta 1986. Comenzó su vida laboral en 1971 a 1972; Carpintería Cifuentes. De 1975 a 1986: UJC Municipal. De 1986 a 1992 Miembro del Buró Municipal del PCC. De 1992 a 1995: Director del Sector Cooperativo y Campesino, en Cifuentes. De 1995 a 1996: Granja de Cultivos Varios Cifuentes. 1996 hasta la fecha: Presidente del Consejo Popular Cifuentes Este. Fue elegido Delegado del Poder Popular en 1995 hasta la fecha. Por su trayectoria laboral y política ha recibido diferentes condecoraciones, distinciones y reconocimientos. Municipio: Cifuentes. Chivato desde nacimiento.

17-ANA MARÍA MARI MACHADO Nivel Escolar: Universitaria (Lic. en Derecho). Ocupación: Pdta. del Tribunal Provincial Popular de Villa Clara. Como pionera, ocupó diferentes responsabilidades al igual que en la FEEM y la FEU. Comenzó su vida laboral en 1986 como Asesora Jurídica en el CAI "Abel Santamaría", hasta 1992 que pasó a desempeñarse como Juez en el Tribunal Municipal Popular de Encrucijada. En el año 1993 fue elegida Presidenta de dicho tribunal, desempeñándose en el cargo hasta diciembre de 1999, que pasó a laborar como juez en el Tribunal Provincial, resultando designada en el 2000 Presidenta del Tribunal Provincial Popular, labor que ha desempeñado hasta la actualidad. Actualmente es miembro del Comité Provincial de la FMC y Presidenta de su CDR. Militó en la UJC desde 1986 hasta 1993 año en que pasó al PCC ocupando diferentes responsabilidades. Desde 1999 es miembro del Comité Provincial del PCC. Municipio: Quemado de Güines. Esbirra y capitalista.

18-EDUARDO BIENVENIDO BORGES CORZO Nivel Escolar: Universitario. Lic. Matemática. Ocupación: Profesor ESBU "Bartolomé Masó, Rancho Veloz. Estudió en Minas de Frío, en la Sierra Maestra. Fue Joven 5 Picos, escaló el Turquino 5 veces. Estudió en la Escuela "Camilo Cienfuegos" graduándose en 1967 como oficial de las FAR, realizó estudios en la escuela de cadetes de artillería. En 1974 pasó a la reserva. En 1976 comienza a desempeñarse como Profesor de Preparación Militar. Ingresó a la UJC permaneciendo en ella hasta ingresar al PCC, en ambas organizaciones ha ocupado diferentes cargos. Desde 1998 pertenece al Comité Municipal del PCC. En 1997 cumplió misión en la RPA. Ha recibido diferentes Distinciones y Condecoraciones. Durante 3 años consecutivos Educador Ejemplar. Municipio: Corralillo. Odiado en silencio por sus amigos más inmediatos. Chivato por poder.

19-JOSÉ RAMÓN RUIZ HERNÁNDEZ Nivel Escolar: Universitario (Médico Especialista de Segundo Grado en Administración de Salud). Ocupación: Director de Salud Provincial Villa Clara. Fue alfabetizador en la zona de Yaguajay. De 1967-1973 realizó los estudios de Medicina. En 1974 comenzó a trabaja en el policlínico sur de Placetas, en 1987 ocupó el cargo de Director Municipal de Salud. En 1994 pasó a ocupar el cargo de Director de asistencia médica en la Dirección Provincial de Salud y a partir de 1999 ocupa el cargo de Director de Salud Provincial y Vicepresidente del Consejo de la Administración del Poder Popular. Actualmente es profesor asistente del ISCM y alcanzó el segundo grado en Administración de Salud. Cumplió misión internacionalista en Yemen del 1992-1994 como Jefe de la Misión Médica. Por su trayectoria laboral y política ha recibido diferentes condecoraciones, distinciones y reconocimientos. Municipio: Corralillo. Bipolar, algo capitalista. Puede ser esbirro en cualquier gobierno.

20-EMILIA MARGARITA RUIZ RUIZ Nivel Escolar: Universitario. Ocupación: Presidenta del Consejo Popular Encrucijada Norte. Estudió magisterio en la escuela Normal de Santa Clara, obteniendo uno de los mejores expedientes. Se incorporó a la Brigada Conrado Benítez en la Campaña de Alfabetización y continuó como maestra en los planes de seguimiento de la educación obrera y campesina. Posee resultados satisfactorios en el desempeño de sus funciones en la base. Su Consejo está entre los mejores del Municipio. Ocupa el cargo de Vicepresidenta del Consejo de Defensa de Zona. Ha sido destacada Municipal, Provincial y Vanguardia Nacional del INDER en varias ocasiones como activista. Por su trayectoria y méritos ha recibido diferentes distinciones, condecoraciones y reconocimientos. Municipio: Encrucijada. Chivata empedernida.

21-MARTHA AIDA CABRISAS ALFONSO Grado Escolar: Universitario. Ocupación: Secretaria del Sindicato Nacional de la Ciencia. Concluye su carrera de Ingeniería Eléctrica en 1974 e Ingeniería Industrial en 1980. Su actividad laboral se inició en 1975 en el Ministerio de la Industria Química. En 1976 desempeña otras funciones en el MICONS y se destaca como dirigente sindical. En 1987 comenzó su actividad como cuadro profesional en el movimiento obrero, ocupando diferentes responsabilidades. En 1992 fue designada Secretaria General del Sindicato de trabajadores de la ciencia, cargo que desempeña actualmente. Es Diputada a la Asamblea Nacional desde la 3ra. Legislatura. Por su trayectoria laboral, científica y política se le han otorgado reconocimientos, distinciones y condecoraciones. Municipio: Encrucijada. Chivata peligrosa.

22-OMAR GONZÁLEZ JIMÉNEZ Nivel Escolar: Universitario. Ocupación: Presidente Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. En 1961 integró la Campaña Nacional de la Alfabetización. En 1970 matriculó Licenciatura en Periodismo en la Universidad de La Habana, graduándose en 1974. Inició su vida laboral en 1974, en la publicación cultural "El Caimán Barbudo". En 1982 fue designado Subdirector del Centro de Promoción Cultural "Alejo Carpentier". En 1985 pasó a ser Director General del Canal 6 de la Televisión Cubana hasta 1989, que es nombrado Viceministro de Cultura. A partir de 1992 ha ocupado las responsabilidades de Presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, Presidente del Instituto Cubano del Libro y Presidente del ICAIC, cargo que desempeña en la actualidad. En 1996 fue electo delegado al V Congreso del Partido Comunista de Cuba. Además de su labor periodística ha publicado varios libros. En 1978 obtuvo el Premio Casa de las Américas. Por su trayectoria laboral, científica y política se le ha otorgado reconocimientos, distinciones y condecoraciones. Municipio: Cifuentes. Bipolar, no confiable ni para la propia Seguridad del Estado. Puede ser esbirro y chivato en cualquier gobierno.

23-OSMEL PÉREZ NEGRÍN Nivel Escolar: 12 grado. Ocupación: Vicepresidente de la CCS "Félix Dulzaides". Realizó los estudios primarios, secundarios y preuniversitarios con resultados satisfactorios. Participó en diferentes actividades estudiantiles. En 1996 fue elegido Miembro del Comité Municipal de la ANAP y en 1998 Miembro de su Buró No Profesional, responsabilidades que mantiene hasta la fecha. Desde 1996 es militante de la UJC y Secretario General del Comité de Base. Fue seleccionado en los años 2000 y 2001 Vanguardia Nacional Campesino. Es Miembro del Comité Municipal de esta organización desde ese mismo año y de su Buró No Profesional. Es Delegado de su Circunscripción. Le fue otorgada la Distinción "Antero Regalado". Por su trayectoria laboral y política ha recibido diferentes reconocimientos. Municipio: Quemado de Güines. Chivato agresivo.

24-MAILINES MOLINA fue delegada al VI Congreso por el CDR 8, de la zona 17, del Reparto Vista Alegre, en Villa Clara; secretaria del Comité de la UJC. Chivata profesional.

25- ALFREDO BENITO PEREZ CARRATALA
Tiene una etapa limpia cuando era del grupo arqueológico "Sabaneque"(1970-1980) de Sagua la Grande, pero a partir de los años ochentas se trasforma en un enloquecido chivato de la S.E. sagüera hasta el día de hoy en que decenas de perjudicados esperan por un futuro democrático en que se le pueda juzgar en un tribunal imparcial por sus numerosos daños. Este es un sujeto bipolar pues también conspira contra el gobierno castrista por sus negocios sucios y comentarios contrarevolucionarios entre sus amigos de confianza. No confiable, puede ser chivato en cualquier gobierno.

26- Emérito, es jefe de Sector en la parte Sur de Sagua y los pobladores lo describen como uno de los esbirros más peligrosos y con más causas pendientes para el futuro.

27-Olga María Saavedra, vicepresidenta del Consejo de la Administración en Sagua. Chivata mayor.


28- Félix Arturo Chang León- Uno de los esbirros más arrastrados de la tiranía militar de Fidel Castro en la provincia de Villa Clara. Director del periódico "Vanguardia" y administrador del Foro de dicho libelo. Bipolar, puede ser esbirro en cualquier gobierno.


29-Angel Sori Diaz. Primer Secretario PCC, Sagua. (La descripción requiere de un capitulo entero).












Muy pronto tendremos la lista de Delagados de Circunscripciones, así como Presidentes de CDRs y Zonas.


Sagua La Grande tiene 9 Consejos Populares:
1-Consejo Popular Reparto 26 de Julio
2-Consejo Popular Cocosolo
3-Consejo Popular Villa Alegre
4-Consejo Popular Centro Victoria
5-Consejo Popular San Juan
6-Consejo Popular Finalet
7-Consejo Popular Isabela
8-Consejo Popular Jumagua
9-Consejo Popular Sitiecito

Dentro de estos Consejos Populares existen 87 circunscripciones con Zonas y CDRs. (Cada circunscripción tiene su Delegado).



MAS INFORMANTES EN LA SEGUNDA PARTE










viernes, 7 de noviembre de 2008